El momento de entrega de tu nueva vivienda puede ser muy emocionante y a la vez muy intimidante. Ya sea que tu espacio esté en obra gris, que requiera obras menores o que esté súper listo para la decoración, nunca estamos exentos de dar mil vueltas antes de empezar, sencillamente por no saber cómo hacerlo.
También es muy probable empezar el proyecto del hogar, sólo para tener a toda la familia estresada a menos de finalizar la primera semana, y que se piense que la razón principal es: “son muchas cosas por hacer y todas al mismo tiempo”.
El peor escenario es, sin dudas, empezar, no saber cómo seguir, sentirse estresado a mil y que la transformación que debería ser un proceso emocionante, feliz y tranquilo se vuelva una gastadera continúa de recursos (económicos y de tiempo) sin ver los resultados esperados.
Para evitar todos estos escenarios, ANTES de empezar es necesario ORGANIZAR el proyecto del hogar estableciendo relaciones entre “qués” y “dóndes” para que nuestra mente pueda procesar toda la información y gestionar todas las tareas a asignar y/o realizar.
Parece obvio pero no se encuentra tanta información disponible para hacerlo de forma fácil y clara; sólo los años de experiencia, los ensayos y los errores “dan luz” a un proceso sin tantas complicaciones y hoy quiero compartir contigo las 2 bases principales de este proceso.
Organiza tu deco proyecto del hogar: Las bases
Tanto los proyectos que requieren obras menores como los que sólo incluyen la redistribución del mobiliario, cambios de color y la decoración en general necesitan un plan.
Entre menos compleja sea la intervención, menos riesgo se corre de perder dinero o tiempo, pero de igual forma es posible minimizar “las metidas de pata”, el estrés y los reprocesos si se tiene y se sigue un sistema.

Primero lo primero ¿Qué son obras menores? ¿Cómo sé si las necesito?
“Cuando pasa la primera bolsa de cemento, ya estás en obra…”
Las obras menores son las que no afectan la estructura de una vivienda; es decir, la intervención no se realiza a un elemento “sustentante” del inmueble, tampoco requiere mano de obra súper especializada, permisos municipales o firmas de profesionales.
Las obras de acabados finales podrían ser consideradas obras menores ya que están relacionadas a la última capa del envolvente principal, es decir a paredes, techos, suelos, carpinterías interiores y muebles fijos como los de cocina y baños, sin tener que afectar o intervenir la estructura.
La decisión de entrar o no en obra es muy particular de cada caso. Por muy breve y puntual que sea la intervención, requiere revisión de presupuestos, acuerdos con un tercero (contratista generalmente), compra y/o gestión de materiales, supervisión y por supuesto un plan previo.

Las adecuaciones de viviendas generalmente requieren obras menores para realizar mantenimientos, adaptar los espacios desde la función, iluminación entre otros aspectos, y por supuesto la decoración.

Organizar vs. Ordenar. ¿Cuál es la diferencia y cómo se aplica al proyecto?
Organizar se relaciona con sistemas que nos permiten llevar a cabo tareas de forma eficiente, evitando reprocesos (o tener que volver a hacer una tarea una y otra vez porque sus resultados no son los previstos).
Definir con un plan la función de un espacio, su distribución, circulaciones, materiales, colores, estilo y “feeling” es clave para llevar adelante una transformación eficiente.
En el caso de una cocina, por ejemplo, el plan y su visualización permite avanzar sin dudas hacia la gestión/compra de materiales, la elección de mano de obra y proveedores y la ejecución con supervisión clara para finalmente poder disfrutar del espacio.
Si se empieza sin un plan y en el “camino” se va “definiendo” es muy probable que se pasen por alto detalles (que no son tan detalles) y que se termine tomando decisiones costosas por cambios de “ultimísimo momento” que pueden ser perfectamente previsibles. Además de que el espacio quede feo.
Intenté ponerle unas mejores palabras… pero no. Es lo que vemos y percibimos: Belleza o Fealdad. Subjetiva o no, las probabilidades de que sin un plan todo resulte coordinado, sin tropiezos, económico, eficiente, hermoso y sin contratiempos son bajísimas.
Ordenar se refiere al “cómo” y en qué secuencia se realizan las actividades que señala el plan. Aquí entran los tiempos de trabajo, los tiempos de los materiales (de secado, de curado), las secuencias de actividades (primero va el enlucido, luego la pintura) y en cuanto a las decisiones de materiales por ejemplo, cuál se debe elegir primero y cómo se relaciona con los demás.
Después de esta intro y ya teniendo claro algunos conceptos, finalmente te comparto el paso a paso que uso a diario con mis proyectos para organizar y empezar a establecer el plan.
Paso a Paso: Organiza tu deco proyecto, con o sin obras
Paso 1. El propósito: escríbelo y visualízalo
El propósito o el para qué será el motor de toda la transformación y la razón que hará volver a concentrarse y seguir cuando se haya avanzado en el proceso y se sienta que se pierde el rumbo.
Esta pérdida de rumbo puede venir en varios formatos: retrasos, imprevistos que hacen desviarse del presupuesto, expectativas no cumplidas, mano de obra y/o proveedores desastrosos, entre otros.
Nadie está exento. Por mucha obra que haya hecho.
Empieza eligiendo un espacio de la casa que necesite y quieras para él un cambio urgente. El plan puede empezar por ahí, viendo primero las fortalezas del lugar y luego lo que realmente te incomoda, no te funciona o es muy molesto. Siempre encontrando la razón principal y el por qué. Anota todo.
¿Se creció la familia? ¿Hay nuevas actividades en casa? ¿Te entregan tu apartamento nuevo y no hay acabados?
Para todos estos casos, y dependiendo de cada familia en particular, hay un propósito.
Se podría decir entonces que el Propósito es la sumatoria de las necesidades + las expectativas con el toque justo de cada familia y lugar.

Entre más detallado se describa el propósito, mejor:
“Queremos vivir en un lugar cómodo, hacer todos los cambios rápido para poder mudarnos y no salirnos del presupuesto”
Este es el escenario ideal y soñado, o no? Pero ¿qué realmente significa para TU caso en particular la “comodidad”? Lo mismo aplica para los tiempos y el presupuesto, del cual hablaremos más adelante.
“Cómodo” para ti puede ser tener un espacio de trabajo en casa, una sala para ver televisión o videos, un comedor amplio para los almuerzos familiares del domingo, una habitación con medidas generosas, que cada cual tenga su cuarto, mucho espacio de guardado o simplemente textiles suaves al tacto con una buena cama tipo hotel.
Puedes empezar anotando la función o funciones que tiene o tendrá cada ambiente. Para qué se va utilizar, se cambia o se deja como está. Si ya tienes muebles, ¿con cuáles te quedas y cuáles dejas ir?
Este es el comienzo de la Lista mágica… Una pre-lista mágica diría yo en este punto.
La lista mágica: Lo que se queda, lo que se va, lo que sobra, lo que falta, lo que se reforma y por qué. También parte de (link a articulo encuentra tu estilo deco)
Paso 2. Hablemos de números: El presupuesto real y posible.
Tema clave que le pregunto a mis clientes y que lejos de generar incomodidades es una forma de ir definiendo prioridades de inversión.
Me ha pasado de todo, desde los clientes que buscan una buena relación precio calidad pero prefieren no tener un presupuesto detallado o un control de gastos estricto porque les genera estrés, hasta los que prefieren un presupuesto preliminar ultra detallado e ir siguiéndolo según avancen las obras con ajustes sólo aprobados por los otros miembros de la junta directiva (la almohada y el cupo de la crédito).
Yo soy de los últimos, y mis ajustes son todos antojos deco, como el mueblecito del baño de la casita caribeña que me pareció divino y no estaba contemplado en el presupuesto pero bueno… la junta lo aprobó.
Volviendo al tema, definir un presupuesto es clave para empezar a organizar el proyecto y hay varias maneras de ir recolectando números para tener la idea general.
Si el proyecto es sólo deco y las mayores inversiones se deben realizar en muebles, por ejemplo, sin comprar nada aun, puedes comparar:
Muebles a medida vs. muebles de grandes tiendas. ¿Qué rango de precios manejan? ¿En qué difieren los acabados, terminaciones y calidad en general? Referencias de otros compradores de esas marcas o proveedores.
Las visitas a locales, desde los locales top de diseñador hasta las tiendas de cadena pueden darte un panorama general de los precios y la oferta.
Una investigación previa online te puede salvar de visitar muchos lugares que están descartados por su oferta y/o estética. Puedes sorprenderte gratamente con artesanos locales o emprendedores con productos de calidad.
Si tu proyecto incluye obras menores, divide las mismas por capítulos, secuencia de ejecución y orden de importancia para empezar a buscar y filtrar números.
Por ejemplo si debes pintar, hacer mantenimiento a parte del sistema eléctrico y también cambiar la iluminación de gran parte de una vivienda de 100 M2, lo ideal es darle prioridad a la búsqueda en la última actividad, ya que en cuanto a artefactos de iluminación hay cientos de opciones y precios. Acá es donde y cuando un buen diseño con asesoría profesional te “salva las papas” y te puede hacer ahorrar mucho dinero.
Investigar y priorizar es la forma puedes empezar a tener una idea preliminar de cuánto podrías llegar a gastarte en tu adecuación o proyecto deco y si debes contemplar hacerlo por etapas.
Para ambos casos la pregunta ¿Cuánto tiempo te visualizas viviendo en tu nuevo espacio? puede ayudarte a poner en perspectiva todo el proceso.
No es lo mismo invertir para vender a menos de 3 años, invertir para vivir sin tiempo definido de venta o cambio, invertir en una transformación para emprender o trabajar desde casa, entre otros múltiples escenarios.
Lo que decidas y tengas presupuestado dividido entre 12 meses del año (o más) es una buena forma de visualizar la inversión. Aunque ahora tengas que sacar toda la plata junta.
Espero estos dos primeros pasos, los cuales considero las bases para empezar a organizar un deco proyecto del hogar, te sirvan para visualizar y entender lo que realmente quieres, necesitas y puedes llegar a costear, ya sea ahora o por etapas.
En la parte 2 de este tema, veremos cómo, sin importar si tu proyecto necesita obras menores, es posible y necesario tener en cuenta el factor tiempo (tu tiempo y ganas), visualizar con un moodboard o muro de inspiración para activar las compras sin reprocesos (o gastar de forma innecesaria) y finalmente cómo el último paso recopila todo lo anterior para que verdaderamente se lleve adelante una transformación sin dolores de cabeza.
Muchos empiezan por la inspiración “desde afuera” con el propósito de que “quede lindo” cuando en realidad este propósito debe ir más allá y al seguir estos pasos, ya sea para tu propio proyecto o para el de tus clientes, descubrirás que el objetivo principal es disfrutar de los espacios, no quedarse a mitad de camino y cumplir con el balance entre lo que se quiere, lo que se necesita y lo que se espera de parte de todos: usuarios, proveedores, mano de obra y también productos.
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